viernes, 26 de septiembre de 2008

3

Me sentí insegura. Débil.
No salia de sus ojos, hermosos ojos.
Sentí sus manos, sus uñas cortas clavadas en mi carne, su olor, su pelo. Y sus manos nuevamente.
Sus manos en mi.
Sentía, sin haberlas probado aun.

¿Vamos?