lunes, 14 de julio de 2008

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Joy es una nena que el cuerpo le queda grande. Una nena que va buscando lo que quiere con el tranco torpe de un cachorro.

Se inventa.

Se dibuja como le gustaria ser y al rato se borra para probar un nuevo trazo.

Se resiste a su liviandad, quiere ser densa, oscura y eso la convierte en una reproducción de Rembrandt.

Es rubia, alta, grande. Mi reverso.

Baby se la había estado cogiendo. Y yo no había estado ahí.
Joy era mi fantasma y ahora esperaba que le abriera la puerta. Abrí, entró. Nos abrazamos sabiendo.