Él me dice que en su trabajo, que nos vemos ahí, que vamos a estar solos, que me va a coger.
Me dice, nos vemos mañana, y se va sin que pueda contestar.
Voy.
Casi no recuerdo su cara.
Entro y lo veo. Así era.
Me gustaba, de golpe me acuerdo.
Me dice, vamos a la escalera. Lo sigo, claro.
En la mitad, por ahí, se da vuelta, me acaricia la cara antes de besarme, antes de meter su lengua en mi boca, mucho antes de arrodillarme sobre uno de los escalones y chuparle la pija.