viernes, 14 de noviembre de 2008

A las 6.

Nos vemos adentro.

No hay y no tiene que haber luz. Estos son lugares así. Yo soy así.

Sé que es él. No lo vi, pero lo sé.

Me acerco y me agarra del brazo. Enseguida me apoya sobre la pared y siento su lengua dentro de mi boca. Me gusta.

Quiero chuparsela, metermela en la boca ahora mismo. Pero no.

Paso la punta de mis dedos por sus brazos, sus hombros. Siento que se tensa, que quiere, pero no me lo va a decir.

Bajo las manos y sí, finalmente.

Ya está dura. Ya está.

Entonces sigo bajando, voy buscando y apoyo mis labios sobre su pija. Él se deja, se abandona y yo hago.

Le paso la lengua, me la meto entera en la boca. Una, dos, tres, cuatro, muchas veces. Hasta que siento el sabor acre.



Entonces me voy.





Esto nunca sucedió.