Cuando abrí los ojos me di cuenta que era igual que mantenerlos cerrados. El cuarto estaba oscuro, completamente negro.
Un rato antes Baby se había apartado y me había dejado con ellos.
Uno, se me acercaba despacio con pudor. El otro avanzaba. Yo permitía, pedía.
El del piercing en la lengua, se sentó sobre una silla y me acomodo sobre el.
Me tocaba las tetas.
El otro apoyaba su pija en mi espalda y me metía los dedos en la boca.
Baby no hablaba, no era.
Yo estiraba el brazo solo para reconocerlo y él seguía ahí.
El del aro estaba caliente. Respiraba entrecortado y me pasaba la lengua por los labios, me los chupaba.
Yo quería que me comiera. Que me metiera en su boca y me tragara.
-Te voy a coger-. Fue lo único que me dijo.
Me agarraba de la cadera y me movía como quería.
El otro murmuraba detrás de mi.
Fue un rato, el rato que Baby quiso que fuera. Y no aguantó mas